¿Qué valor damos a nuestra vida cotidiana? ¿Dónde encontramos el motivo de nuestra existencia?
Tal vez, lo encontremos al ser conscientes de que las pequeñas decisiones no son tan pequeñas. Que cada pequeña cosa tiene mucha importancia; que cada pequeña tarea, aunque parezca irrelevante, la debes llenar de valor.
Hay que darle importancia al cuidado de aquello bueno que tenemos y saber apreciarlo. Lo más importante es CÓMO hacemos lo que hacemos. Con presencia y viviendo el momento.
Debemos renovar la pasión por la propia vida, activar nuestra intención hacia el exterior con paciencia y dedicación. Cuando trabajamos en equipo o estamos en comunidad. Despertar la curiosidad y observar la realidad sin juzgar para conseguir ser mejor persona.

Libro Ikigai esencial, de Ken Mogi
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